España es la quinta economía de Europa. El análisis del tamaño y la madurez del mercado local y el potencial de crecimiento y acceso a terceros mercados es clave para entender las oportunidades y el impacto de la digitalización.
Un mercado local competitivo anima a las empresas a incrementar su productividad y alcanzar mayor escala, pero también a adoptar tecnologías digitales para acceder a nuevos mercados. Al mismo tiempo, hace a un país más atractivo para las inversiones del exterior.
Con un PIB superior a los 1,86 billones de dólares en 2018, España es de nuevo la décima economía de la OCDE y quinta europea. A pesar de un crecimiento interanual superior al 2,5%, España ha mantenido su posición a nivel global con respecto al año anterior, encontrándose en cualquier caso en niveles similares a Corea y Canadá.
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En términos normalizados por población, España, con cerca de $40.000 per cápita, desciende hasta el puesto 23 dentro de la OCDE y el 16 en Europa, lejos de los registros que presentan las pequeñas economías europeas más avanzadas, pero acortando en los últimos años la distancia con las grandes economías europeas.
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El indicador de Services Trade Openness del Foro Económico Mundial evalúa la apertura global del sector servicios de un determinado país prestando especial atención a sectores como los servicios financieros, las telecomunicaciones, la distribución retail, el transporte y los servicios profesionales, y a tres modos de oferta (oferta transfronteriza de servicios, oferta de servicios a través de la presencia comercial o IED, y presencia temporal de personas). Ofrece una escala de 0 (completamente abierto) a 100 (completamente cerrado).
España ocupa el puesto 20 a nivel global. En la muestra analizada, es uno de los países más abiertos (posición 10), siendo superado únicamente por el Reino Unido entre los grandes países europeos.
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Un factor fundamental relacionado con el tamaño y acceso a mercados es el idioma, especialmente en el ámbito digital. Fuentes como Ethnologue ofrecen información tanto de hablantes nativos de primer nivel (L1 speakers) como de hablantes de segundo nivel (L2).
El español es el idioma con más hablantes nativos (460 millones) entre las lenguas oficiales de los países analizados en la muestra, solo por detrás del chino mandarín a nivel global. Si se incluyesen los hablantes de español como segunda lengua, la cifra alcanzaría los 534 millones.
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La evolución de las exportaciones españolas en los últimos años ha sido muy relevante, superando en la actualidad a grandes economías europeas como Reino Unido, Francia o Italia en cuanto a exportaciones sobre el PIB (33,1%). España es hoy el 11º exportador de servicios comerciales a nivel mundial. Con respecto al idioma, el español es la lengua con más hablantes nativos (436 millones) de las lenguas oficiales de los países de la muestra, únicamente por detrás del mandarín a nivel global.
Si se incluyesen los hablantes de español como segunda lengua, la cifra alcanzaría los 527 millones (310 millones de los cuales son internautas).
La demanda de productos y servicios TIC, así como de contenido y medios, varía enormemente de unas economías a otras. En el conjunto de la OCDE, la media asciende a alrededor del 15% de la inversión total no residencial (Gross Fixed Capital Formation, GFCF), mostrando un leve descenso frente a los niveles de 2008. En la mayoría de los países, el equipamiento TIC supone el mayor componente a nivel industria, mientras que software y bases de datos representan la mayor proporción del resto de la economía.
España ocupa una posición intermedia a este respecto, con un 14,3% de la inversión, lejos del 24% de Países Bajos o Nueva Zelanda, estando únicamente por delante del Reino Unido de los grandes países de la UE.
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La demanda de productos y servicios TIC, así como de contenido y medios, varía enormemente de unas economías a otras. En el conjunto de la OCDE, la media asciende a alrededor del 15% de la inversión total no residencial (Gross Fixed Capital Formation, GFCF), mostrando un leve descenso frente a los niveles de 2008. En la mayoría de los países, el equipamiento TIC supone el mayor componente a nivel industria, mientras que software y bases de datos representan la mayor proporción del resto de la economía.
España ocupa una posición intermedia a este respecto, con un 14,3% de la inversión, lejos del 24% de Países Bajos o Nueva Zelanda, estando únicamente por delante del Reino Unido de los grandes países de la UE.
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La eCommerce Foundation ofrece una comparativa actualizada de los tamaños relativos de los mercados de comercio electrónico en Europa.
Según sus datos en el último año, España presenta ya unos niveles de comercio electrónico sobre PIB apreciables, con un 2,69% del PIB. Esto le sitúa en la posición 11 de los 28 países europeos de la muestra, avanzando tres posiciones con respecto al año precedente, tras Reino Unido (líder indiscutible en este indicador, con un 7,9%), Dinamarca (6,4%) y Francia (4,3%), pero superando a Italia (2,0%) y Alemania (1,7%). En términos absolutos, España es ya el cuarto mercado europeo de comercio electrónico.
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La eCommerce Foundation ofrece una comparativa actualizada de los tamaños relativos de los mercados de comercio electrónico en Europa.
Según sus datos en el último año, España presenta ya unos niveles de comercio electrónico sobre PIB apreciables, con un 2,69% del PIB. Esto le sitúa en la posición 11 de los 28 países europeos de la muestra, avanzando tres posiciones con respecto al año precedente, tras Reino Unido (líder indiscutible en este indicador, con un 7,9%), Dinamarca (6,4%) y Francia (4,3%), pero superando a Italia (2,0%) y Alemania (1,7%). En términos absolutos, España es ya el cuarto mercado europeo de comercio electrónico.
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La OCDE, con información de Eurostat, ofrece datos relativos al porcentaje de empresas que se han involucrado en ventas transfronterizas a través de comercio electrónico, entre todas aquellas que han realizado ventas online.
La cifra en España todavía es relativamente baja (19,3%), por debajo de la media de la UE28 (24,5%), siendo el incremento desde 2010 relativamente escaso. En la actualidad, todos los grandes países de la UE superan a España, que se sitúa en un retrasado 15 puesto de la muestra.
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En lo que respecta a los contenidos digitales, incluyendo entre ellos el consumo de noticias, música, vídeos, juegos, IPTV y vídeo bajo demanda, la Comisión Europea ofrece datos comparables para todos los estados miembro.
En su última edición del DESI (2019) España se mantiene en la octava posición en Europa, con una puntuación de 47,8, más de 8 puntos por encima de la media de las mayores economías de la UE (39,3), aunque a mucha distancia del país que lidera este indicador (Suecia, 64,2).
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La rápida aceleración de la transformación digital ha tenido profundas implicaciones en el comercio de servicios, pero los beneficios de la digitalización corren el riesgo de descarrilar por las barreras al comercio existentes y emergentes. En este contexto, la OCDE ha desarrollado una nueva herramienta (Digital Services Trade Restrictiveness Index) para identificar, catalogar y cuantificar las barreras transfronterizas que afectan a los servicios intercambiados de forma digital. Consta de dos componentes, una base de datos regulatoria y los índices, que conjuntamente ofrecen información sobre 44 países.
España muestra en este indicador un nivel de proteccionismo moderado, ocupando el puesto 11 de los 36 países de la muestra analizados por la OCDE, presentando menos barreras que el resto de grandes países de la UE.
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